Las aulas virtuales eran una realidad antes de la pandemia de coronavirus; pero debido a ésta, su utilización alrededor del mundo se masificó y se volvió, además de una obligación para preservar la vida de los docentes y discentes, en una solución que, apoyada de las TIC, impulsó el proceso de enseñanza-aprendizaje en medio nuevas condiciones de estudio, sostenidas a través de actividades realizadas en línea, dígase: Tareas, chat, foros, cuestionarios, etcétera, las cuales se llevaron a cabo con el fin de no interrumpir el semestre o año en las escuelas y universidades, acelerando la transformación digital en estas instituciones y mostrándonos la principal razón de por qué son importantes las aulas virtuales, ya que no sólo reducen los obstáculos durante el aprendizaje, principalmente por tener al alumno como centro, sino que también permite a los estudiantes interactuar y colaborar sin la necesidad de compartir un espacio físico, es decir, que se elimina la barrera espacio-tiempo.
Elaborando un poco más en torno a la importancia del aula virtual, específicamente a la vertiente del alumno como centro de la misma, antes se le otorgaba al docente toda la responsabilidad del proceso de aprendizaje de sus estudiantes, mientras que, con el uso de las aulas virtuales, los estudiantes pueden tomar decisiones acerca de cómo, cuándo y dónde estudiar, contando con mucho más control sobre el ritmo de estudio y nivel de profundidad con el que estudian los temas, contribuyendo así a un grado más alto de motivación y compromiso en su propia educación.
Finalmente, es relevante decir que gracias a las herramientas tecnológicas para impartir clases en aulas virtuales, y a la apertura de los maestros para incorporar estas últimas a su práctica docente, la educación no se detuvo a pesar de la crisis que se vivió, y es de suma importancia entender que ahora que vuelve la presencialidad, no se debe abandonar el uso de las TIC en el aula, ya que la necesidad nos obligó a adquirir nuevas habilidades tecnológicas con rapidez, para maximizar el aprendizaje de nuestros alumnos y facilitar el trabajo del docente. Nuestra UASD así lo ha entendido, al punto en el que sus autoridades afirman que la virtualidad llegó para quedarse, y así lo demuestran con la atinada decisión de programar el 70% del semestre 2022-2 en modo presencial y el 30% restante en modo virtual.
Por: Luis Alfredo Calderon Sanchez, Stevenson Steve Svelti De Oleo, Deiry Manuel García Ogando, Jonathan Lorenzo Contrera, Rainel Segura Morillo y Rikelvin Alcántara Reyes.
